Liderazgo Coinspirador: Nuevo Vivir y Convivir en Solidaridad

Liderazgo Coinspirador: Nuevo Vivir y Convivir en Solidaridad

Nos encontramos viviendo una nueva era, en la que el vivir y convivir en solidaridad se hace necesario.

“Las empresas que sobreviven más tiempo son las que descubren lo que pueden ofrecer al mundo, no solo en términos de dinero o crecimiento, sino de su excelencia, del respeto a los demás o su capacidad para hacer feliz a las personas. Algunos lo llaman alma”. Charles Handy.

En los últimos años he promovido en las organizaciones el liderazgo coinspirador, como fuente de entusiasmo y acción para lograr objetivos comunes. Un liderazgo sustentado en la convicción de los valores personales y el equilibrio del Ser Humano Integral, el cual contagia a otros un deseo profundo por la vida, un nuevo vivir y convivir en solidaridad. No es casual que la palabra inspiración derive, en su concepción más antigua, del hecho de dar vida a otro ser.

En estos tiempos de alto desafío en los cuales un nuevo vivir y convivir es una realidad, inspirar a otros promoviendo la solidaridad, será una de las habilidades más importantes, sumada a todas las tendencias basadas en innovación, resiliencia, tecnología, manejo de incertidumbre y cambio, entre otras que serán indispensables para mantenernos en evolución.

Veamos algunos elementos inspiradores necesarios para ir de la mano con esta nueva forma de operar, con nuestra familia, en nuestras organizaciones, comunidades, en sociedad.

• Implica en primer lugar un liderazgo consciente de su rol, de su deseo de avanzar con otros, de su visión y misión en la vida a partir de este acontecer, de la creencia en sí mismo como impulsor del cambio en cooperación con otros.

• Implica comprender y manejar el carrousel emocional personal, de la familia, del equipo, entender que los cambios vulneran y se requiere tiempo de asimilación, recuperación y adaptación. La gente responde en la medida que se siente comprendida y reconocida como un ser que atraviesa miedos y tristezas, como emociones emergentes en estos momentos.

• Practica el acercamiento. Nos encontramos en tiempos de distanciamiento social. Es fundamental que ese liderazgo coinspirador y solidario, contacte con la presencia y escucha profunda. Planifique espacios para estar con la gente, dado el nuevo modo de operar, implemente espacios de acercamiento por otras vías, virtuales, on line, telefónica y escucha con esmerada atención. Revise cómo está su nivel de escucha con los colaboradores, (revise con hijos, con pareja, con seres queridos).

• Permite laparticipación. Solicita ideas, renovación de acciones, espacios de innovación. Coordina espacios de reuniones planificadas, para escuchar ideas, proponer e indagar puntos de vista, premiar las iniciativas. Reconoce que el estado emocional de la gente está movilizado. Es por tanto un modelo de empatía.

• Construir juntos. Diseña acciones en conjunto, partiendo del respeto y reconocimiento hacia la potencialidad de las personas, conscientes de que nuevas cosas pueden ocurrir favorablemente y todos somos actores medulares para ello.

• Valora a la gente. Da reconocimiento. Destaca competencias. Practica el reconocimiento frecuente, reconoce avances, no sólo los resultados. En estos momentos ese reconocimiento es valioso, es probablemente el alimento del espíritu laboral más importante de la gente.

• Apuesta a la gente. Consolida expectativas. Dinamiza ejercicios acerca de lo que se espera del equipo, estimulando su máximo potencial.

• Gestiona el cambio. Genera ambiente sano, aun en la distancia. Revisa los recursos con que la gente cuenta, comparte con ellos las limitaciones y genera nuevas formas de convivir y producir con lo que sí se posee. Revisa en forma permanente el nivel de satisfacción con el clima y ambiente. Es Modelo de Acción ante el cambio. Habla de los beneficios y explora los puntos de vista de la gente. Considera las opiniones de la gente en los nuevos planes.

• Confía en la gente. Habla de la confianza, la construye con base a modelaje, establece conversaciones para hablar del tema, revisa cómo se siente la gente con relación a ese tema y qué ideas aportan para construirla o consolidarla juntos.

• Es modelo de resiliencia, de acciones congruentes con lo que predica. Cuerpo, lenguaje y emocionalidad en estado de ambición saludable. Reconociendo que es un ser vulnerable, mantiene la elevada moral a partir del ejemplo. Esto implica hablar con sinceridad, en un momento de incertidumbre. Manteniendo el centro y el foco en lo que Sí es Posible.

Todo ello enmarcado dentro de un eje fundamental denominado Solidaridad. Nada sería posible sin el claro entendimiento de que el hombre no puede vivir solo para sí. Recordemos la metáfora de la película El Náufrago, a través del personaje representado por Tom Hanks, quien recreó imaginariamente su compañero de travesía en la figura de un “Balón”, al cual llamó Wilson…su fiel compañero. Una ilusión que le permite manejar su “tragedia personal” en tiempos de dramático aislamiento. Y es que el hombre está llamado a convivir con el otro, a cooperar con el otro, en cualquier dimensión, bien sea social, económica, jurídica, laboral. La ética solidaria es el devenir en esta nueva era.

Este nuevo liderazgo coinspirador, que inspira cooperando, requiere apreciar la Solidaridad con tres elementos conjugados. La compasión, condición necesaria para acercarse al otro, ver la realidad humana, social y ser empático con el sufrimiento del otro y sus necesidades. El reconocimiento de la dignidad humana y una condición de universalidad donde todo ser humano es parte de una vida en sociedad en el universo.

Es contundente el cambio, es arrollador y la solidaridad hace el llamado a un liderazgo con un accionar distinto. Es un principio que requiere el esfuerzo de todos, unidos, en conjunto, que conlleve a un objetivo legítimo desde todos los órdenes, político, social, económico, religioso, empresarial, jurídico… todos actores.

Comenzar por el círculo de influencia de cada uno es la clave. Donde cada uno pueda accionar desde la sensatez, consciencia y libre albedrío, dando vida a los valores, inspirando y modelando… desde el hogar, desde la organización, desde la comunidad, desde ese espacio en que se pueda influir.

Es el llamado al hombre en unión de sus semejantes, el hombre con el otro… en una solidaridad donde la ayuda no se otorgue por razones personales o cuestiones de imagen, donde sea un auténtico compromiso y conlleve un componente de utilidad para todos… es uno de los grandes desafíos del acontecer el cual, afortunadamente, nos despierta a nuevas formas de pensar, sentir y hacer.

Los barcos están más seguros en el Puerto… pero no fue para eso que se construyeron.

Es momento de desplegar velas y navegar en aguas muy profundas

Carmen Teresa Loaiza
Doctora en Ciencias Gerenciales
Coach Ontológico Organizacional
Facilitador en Gestión Humana y Desarrollo Organizacional
Consultor y Conferencista

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