Humanizando el Liderazgo

Ken Blanchard sostiene que el liderazgo es el resultado de lo que el líder hace con las personas. En este sentido, es una asociación que dependerá de lo que ocurra entre el líder y sus colaboradores o sus seguidores.

Yo me formé en una organización con mucha orientación hacia la excelencia. De hecho, ‘la excelencia’ es uno de sus valores.

Desde allí concebí eso de que lograr resultados de calidad requiere un nivel de exigencia importante sobre sí mismo y sobre el equipo. Por eso, por un tiempo, me abstraje en ello y no me detuve a ver cómo me veían o se sentían los demás con mi liderazgo.

A fin de cuentas, estaba logrando resultados importantes: el nivel de productividad era alto, los indicadores así lo señalaban. Pero, ¿cuál era el costo? Un equipo agotado con las exigencias y que era poco considerado cuando fallaba, sin darme cuenta de que cuando se equivocaban, lo hacía también yo.

Así, la primera vez que tuve la oportunidad de escucharlos hablar de mí y decirme lo que pensaban de frente, fue un golpe muy duro, pero también fue un despertar.

Cada crítica retumbó en mí por varios días; así que tomé la decisión de incorporar en mis reuniones de seguimiento el feedback como mecanismo de desarrollo del liderazgo.

Pues si se quiere mejorar como gerente, se habla con el jefe; si quiere mejorar como líder, hay que preguntarle al equipo y a los pares cómo te ven, ya que son ellos quienes reciben ese servicio.

Afortunadamente en mí caso, fui acompañada por coaches ontológicos y ejecutivos que me ayudaron en ese despertar y mejorar.

Reconstruyendo la visión de líder que deseas ser

Yo creo en un liderazgo humano, que no sólo sea cercano y escuche las necesidades de su equipo; sino, además, que sea capaz de aceptar sus limitaciones, errores y debilidades.

Dado que un líder humano también siente rabia, miedo, tristeza, dice “no sé” y busca aprender. Creo en el líder que puede listar fortalezas, pero que también puede listar debilidades.

Parte del ejercicio de acompañar líderes es lograr que la retroalimentación ocurra en ambas direcciones, de manera auténtica y con respeto mutuo, pues hay una máxima de calidad que asegura que “lo que no se mide, no se mejora”.

¿Cómo quieres que te reconozcan o hablen de ti? Ábrete al feedback de quienes reciben tu servicio y valida si tu propia visión se parece a cómo te ven y trabaja en las diferencias.

Pero hay que tener en cuenta que ser el líder que todos quieren dista mucho de un liderazgo humano.

 

Laura La Rosa.

@soylauralarosa

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